Instituciones públicas como potreros

Una odiosa práctica se encuentra arraigada en los funcionarios públicos del país, más que todo en aquellos cuyos cargos son de elección popular: aunque son elegidos para ejercer el servicio ciudadano desde sus diferentes cargos (concejales, diputados, representantes a la cámara, senadores, etc) por un periódo completo de 3 o 4 años según el caso, renuncian en cualquiera de sus etapas para iniciar sus campañas políticas hacia otras instituciones públicas que serán, por decirlo así, su próximo peldaño.


Imágen: Google.

El mensaje enviado a los ciudadanos que los respaldaron en las urnas es claro:


"Mis interéses políticos y personales están por encima de los suyos, aunque los suyos sean generales e importantes",


"Sus votos incentivados por el hambre y la necesidad que son capturados por mi clientelismo, no valen nada",


"Ahí dejo el cargo de mi responsabilidad política para que cualquiera de mis amigos se lucre con él".


Inclusive el Presidente de la República desde su posición incentiva ésta actividad acordando con sus ministros clonados idealmente -y casi físicamente- sus renuncias para que sean quienes lideren los movimientos políticos que le pertenecen al primer mandatario. Aunque menos reprochables son estos cambios por ser sus cargos de libre nombramiento y remoción, no dejan de contaminar el ambiente político nacional creando una atmósfera enrarecida.


Hoy se hace el llamado de cesar ésta falta de respeto con los ciudadanos y las instituciones públicas colombianas, pues, debemos recordar los primeros no son muñecos pintados en la pared cuyas conciencias se pueden manosear, ni las segundas son potreros por los que se pueden entrar y salir al antojo de cualquier persona. Ojalá la próxima vez que acudamos a las urnas castiguemos a quiénes incurren en estos vejámenes políticos con la negativa de nuestra votación por ellos.


Para terminar, un caso de la vida real:


La "concejala" de Pereira Vivian Johanna López Cubillos, elegida por el partido Colombia Viva para que desempeñara su cargo por el período de 3 años, hoy cuando lleva sólo 14 meses de gestión, es decir, menos de la mitad para la cual fue elegida, renuncia para empezar su campaña a la Cámara de Representantes por Risaralda. La campante "concejala" atribuye a "las diferencias políticas de su organización con el alcalde actual Israel Londoño" su nula gestión por los ciudadanos del municipio de Pereria.


Mediocre resultado entonces: 14 meses de gestión, una sola iniciativa presentada al concejo y ésta única desaprobada. Que inmerecidos son los milloncitos del herario que se fueron al bolsillo de la "concejal" López Cubillos y más cuando para su campaña empapeló toda la ciudad atentando contra la salud pública. ¡Ahí están las ventajas que tiene estar casada con un influyente político regional !


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